Esto puede ser síntoma de una complicación de los implantes dentales conocida como patología periapical al implante o peri-implantitis temprana. En nuestra clínica somos especialistas en tratar este tipo de casos y hoy te contamos los detalles de este problema y cómo podemos solucionarlo.

¿Qué es la patología periapical al implante?

Tras una cirugía de implantes lo normal es que no haya dolor, o que como mucho haya unas molestias perfectamente soportables con analgésicos convencionales (como el ibuprofeno o el paracetamol). Si pasados unos días las molestias no desaparecen, sino que aumentan a un dolor agudo y difícil de soportar, es probable que tengas una patología periapical al implante.

La patología periapical al implante (o peri-implantitis temprana) es una complicación infrecuente (se da en alrededor del 0,1-0,01% de los implantes) que se caracteriza por un dolor muy intenso en la zona del implante.

El diagnóstico y el tratamiento son sencillos si tu dentista conoce el problema. Pero, lamentablemente, la mayoría de dentistas que colocan implantes dentales todavía desconoce esta complicación.

 

El diagnóstico consiste en entender que un dolor muy intenso al cabo de varios días o semanas de poner un implante hace sospechar esta complicación. Si en el momento en que el dentista apoya su dedo en la encía a nivel del ápice del implante (es decir, en la encía que hay en el lateral), el dolor aumenta, esto nos estará confirmando el diagnóstico.

 

Es posible que el dentista quiera hacer una radiografía del implante. Esto puede confirmar que hay un problema. Sin embargo, en ocasiones en la radiografía no se ve nada fuera de lo normal aunque el problema exista. Esto se debe a que para que se vean cambios en el hueso del paciente tiene que pasar tiempo. Y si esperamos a que se vea algo en la radiografía, puede que sea demasiado tarde para actuar y salvar el implante, además de que el paciente sufre durante más tiempo.

¿Cuál es la solución al dolor intenso en un implante dental?

Este problema no se soluciona con antibióticos. De hecho, si sólo se dan antibióticos, el dolor no desaparecerá hasta que el implante termine moviéndose y fracasando, y será necesario (si el paciente reúne el valor) colocar un nuevo implante pasado un tiempo. En cambio, la solución es sencilla si el dentista conoce el problema. Ante la sospecha de patología periapical al implante el tratamiento correcto es una sencilla cirugía para liberar la presión en el hueso.

 

Para que sea más fácil de entender: lo que ocurre es que dentro del hueso y en contacto con el implante se está formando una especie de granito con pus. Cuando tenemos un grano en la piel, al crecer éste puede doler, y el dolor se pasa cuando el grano explota y sale el pus. Resulta que en el hueso, al ser tan rígido, el dolor es más intenso y el pus tarda más en salir por su cuenta. Por eso, simplemente levantando un poco la encía y haciendo un pequeño agujero en el hueso para llegar al ápice del implante, sale el pus, se libera la presión y podemos limpiar la zona con suero salino.

 

Puede sonar complicado, pero la verdad es que es algo muy sencillo para la mayoría de dentistas. Se tarda 10 minutos, y al despertarse de la anestesia el paciente notará que el dolor intenso ha desaparecido, y que solo permanecen unas ligeras molestias que se irán en unos días.